La Copa América, celebrada desde 1916, es el torneo de selecciones nacionales de fútbol más antiguo del mundo. Organizado por la Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL), este prestigioso campeonato reúne a las mejores selecciones de América, y, a veces invita selecciones de otras regiones. Más que una simple competencia por el título, la Copa América es un escaparate del talento futbolístico de la región, donde se han vivido historias inolvidables y rivalidades emocionantes. A partir del 2020, se dijo que este torneo se disputará cada cuatro años exponiendo las razones de esta nueva decisión, gracias al nuevo formato que se adoptó. Sin embargo, la realidad es que la CONMEBOL decidió organizar este torneo en el año de 2021 para alinear el calendario con el de la UEFA, ya que no pudo celebrarse en el 2020 por la grave situación de salud que se presentó en este año gracias al virus COVID 19. Lo que quiere decir que el siguiente torneo se disputará en el año 2028.
Esta competencia, se convierte en una fiesta deportiva que une a los países latinoamericanos, donde celebran juntos su amor por el fútbol.
En esta ocasión fue la selección de Argentina la que llegó como la favorita, respaldada por su triunfo en el Mundial de Qatar 2022 y su título en la Copa América 2021. Mientras tanto, la hinchada colombiana estaba extasiada de emoción y al borde de la euforia, pues desde el inicio del torneo, Colombia era considerada favorita por muchos, gracias a su impresionante racha de partidos invictos. Sin embargo, el desenlace no fue el esperado ni el soñado.
Colombia tuvo que enfrentarse desde el comienzo a un grupo difícil, teniendo como rivales a Brasil, Costa Rica y Paraguay; sin embargo, la selección avanzó con determinación, derrotando a Panamá en cuartos de final y en semifinales a Uruguay, lo que la llevó a la ansiada final contra los campeones del mundo. Cada uno de estos partidos se vivió y se sintió con los nervios y la emoción al máximo.
El domingo 14 de julio, el estadio Hard Rock de Miami fue el escenario de una final de infarto: Colombia vs Argentina. Un clásico del fútbol que prometía ser inolvidable para cualquier amante de este deporte. Pero antes de que el balón comenzara a rodar, el ambiente ya estaba cargado de tensión. Desmanes fuera del estadio retrasaron el partido más de una hora, y varias personas fueron arrestadas por las autoridades. Este tumulto inicial parecía ser un presagio de la turbulencia que se avecinaba.
El partido comenzó y los jugadores de la selección Colombia lo dieron todo en la cancha, sin embargo, a pesar del esfuerzo y de los momentos brillantes, la gloria fue esquiva una vez más. El pitazo final dejó un silencio sepulcral en las calles y en los corazones. La desilusión era evidente, no solo por la derrota, sino porque se sabía que este equipo había dado todo en la cancha. Quedó una amarga sensación de que, a pesar de estar tan cerca, la gloria fue esquiva. La derrota dejó un sabor amargo, pero también un sentimiento de gratitud y esperanza. Gratitud por el equipo que hizo soñar y esperanza por el futuro del fútbol colombiano.
🇨🇴🗣️ La tristeza del camarín de Colombia tras caer en la final de la Copa América ante Argentina https://t.co/37rwR4b30b pic.twitter.com/NRmVyflzlJ
— El Deportivo LT (@ElDeportivoLT) July 15, 2024
Estoy seguro que, tanto yo, como todos mis compatriotas colombianos, sentimos una profunda rabia, tristeza y frustración al ver los claros y descarados favoritismos que se mostraron frente a los campeones del mundo a lo largo del torneo. Lo que debió ser una competencia, clara, justa y emocionante, se convirtió en un circo, por las decisiones tan cuestionables que se tomaron, al igual que las notables e injustas ventajas que solo benefician a la nación Argentina, dejando a flote el cuestionable y grave problema que hay en el fútbol sudamericano.
En primer lugar, se pudo ver la organización de los vuelos y la cercanía de las ciudades donde se llevaron a cabo los encuentros deportivos de la selección albiceleste, lo cerca que estaban estas ciudades a diferencia de los encuentros deportivos de los demás equipos. Los trayectos tan agotadores y el poco tiempo de recuperación que tenían los demás participantes del torneo eran insuficientes. Estas diferencias en las condiciones de viaje es inaceptable en un torneo que se jacta de su imparcialidad y espíritu deportivo. (Tomado del Colombiano).
El colmo de esta parcialidad llegó cuando de una manera cínica y descarada se realizó el cambio del árbitro que se suponía estaría en la final. La CONMEBOL, en una jugada que deja al descubierto su total imparcialidad, permitió que se cambiara al juez originalmente designado para el partido final. Ahora la pregunta que todos nos hacemos es ¿Hasta qué punto puede llegar el descaro para que estas decisiones se tomen sin ninguna vergüenza? (Tomado de Pasión Futbolera)
No conformes con eso, la final fue una completa injusticia. Dos claros penales a favor de la tricolor fueron ignorados descaradamente por el árbitro. Las repeticiones y el análisis mostraron de manera inequívoca las faltas pero el silbato permaneció en silencio. Con este tipo de arbitraje, no solo se pierde la confianza, sino que también hace que los aficionados pierdan el entusiasmo y la emoción en estos encuentros deportivos. (Tomado del Colombiano).
Se supone que la CONMEBOL tiene la responsabilidad de garantizar la imparcialidad y el juego limpio en este torneo del fútbol sudamericano. Es necesario que se tomen medidas serias para eliminar cualquier forma de favoritismo y que todas las competencias sean íntegras, serias y justas. Como colombiano y aficionado, exijo que se respeten los principios del juego limpio y la equidad, para que el fútbol vuelva a convertirse en una celebración del esfuerzo, la dedicación y talento de los jugadores, no una farsa manipulada por intereses de unos cuantos.
Mi chocorramito triste pic.twitter.com/fTQZ7YudPn
— dan ☆ (@DHs_l0ver) July 15, 2024
Este torneo recordó que, el fútbol es una montaña rusa de emociones, llena de altibajos. Aunque no se logró el título, se llevaron valiosas lecciones y un renovado sentido de orgullo. Colombia mostró su pasión, su talento y su espíritu luchador. Y aunque esta vez no se dio, el futuro está lleno de nuevas oportunidades para alcanzar la gloria tan anhelada.
El fútbol, como la vida, está lleno de momentos difíciles , y es ahí en los momentos de adversidad donde se forjan los verdaderos campeones. Hoy, aunque con el corazón roto, se agradece a la selección por hacer soñar y vibrar con cada partido. Colombia se despide de la Copa América 2024 con la frente en alto, sabiendo que, aunque este no fue su momento, el futuro sigue prometiendo oportunidades para alcanzar la gloria.