El paradigma histórico
En el 20 de julio de 1810 no se propuso ninguna revolución ni cambio de estructuras, ni se buscó la independencia de nuestra patria. Ese día, notables criollos propusieron al virrey sólo una Junta de Gobierno presidida por Amar y Borbón y bajo el mando supremo de «nuestro querido» ausente rey Fernando VII, es decir, se continuaba declarando fidelidad al reino de España. Así quedó registrado en el Acta del Cabildo Extraordinario del 21 de julio de 1810 en horas de la madrugada.
¿Todo empezó con un florero?
En realidad, el incidente del florero no fue ni fortuito ni casual: los notables criollos llevaban planeando las revueltas desde antes, y lo que buscaban era algo que encendiera la llama.
En contexto: Tras la invasión de España por parte de Napoleón, se organizaron juntas locales de gobierno para defenderse de las tropas extranjeras y gobernar en ausencia del rey Fernando VII. Fue allí donde los notables aprovecharon el momento para organizar a la población contra los abusos económicos, políticos y sociales; parece que lo que realmente querían los notables criollos era ser reconocidos como españoles y nada más. La independencia sería, pues, sólo el resultado de que eso se les negara, y no un deseo de libertad propia. Pero eso implicaba un largo proceso histórico.
Finalmente, los notables decidieron ejecutar el proyecto del jarrón el viernes 20 de julio, cuando la Plaza Mayor estaría abarrotada de gente de todas las clases sociales, por ser el día habitual de mercado. “El virrey, las autoridades militares y los españoles, contemplaron atónitos ese súbito y violento despertar de un pueblo al que se habían acostumbrado a menospreciar”.
Pero como bien sabemos, en ese acta no se puso fin al Status Quo dominante de España.
No fue ni el primer ni el último grito
Ni el virreinato de la Nueva Granada ni lo que en 1819 se convirtió en la Gran Colombia eran territorios homogéneos que respondían a un poder central, sino un conjunto de complejas y muy diversas poblaciones.
Cada una de ellas inició su propio proceso “independentista”. Y algunas como Cartagena, Cali, Pamplona, Socorro y Mompox comenzaron su proceso entre el 14 de junio y el 18 de julio de 1810: antes del simple florero.
No fue guerra de españoles vs. criollos
Es más preciso hablar de patriotas contra realistas, es decir, los que querían una patria independiente contra los que se mantenían fieles al rey.
En ambos bandos hubo hombres y mujeres, élites y subalternos, blancos, mestizos, indígenas y afrodescendientes. Incluso, hubo criollos que pelaron a favor de la Corona y españoles que lucharon en pro de la independencia.
¿La Independencia fue en la Batalla de Boyacá?
Después de que los españoles se deshicieron de los franceses en 1815, enviaron a Pablo Morillo con todo un ejército a recuperar «lo que era de España”. Hubo muchas guerras y ejecuciones que terminarían cuatro años después en la campaña libertadora liderada por Simón Bolívar el 7 de agosto de 1819. Esta fue independencia, pero, del centro del país: no representa la independencia de una nación completa.
Por otro lado, en el resto del país la presencia monárquica seguía siendo fuerte: otras ciudades importantes como Pasto, Popayán, Santa Marta y Riohacha seguían siendo fieles al rey o estaban dando la lucha patriótica. Y finalmente, cada una sería liberada a su tiempo en guerras que duraron al menos hasta 1821 cuando José Prudencio Padilla y sus tropas expulsaron en La Guajira al último contingente leal a España y se liberaron completamente del yugo español.
Entonces, ¿por qué se escogió el 20 de julio?
La historia es contada por quien tiene el poder, nuestros próceres lo hicieron así para glorificar las hazañas del ejército libertador; esta fecha fue decretada oficialmente por el Congreso de Estados Unidos en 1873, pero hay dos hechos claros: ni el grito de independencia del 20 de julio fue un grito liberador de la opresión español ni la batalla del puente de Boyacá fue la batalla definitiva con la cual se tomó el control del vasto territorio de la Nueva Granada.
«Hay que entender que, como toda fiesta patria, haber establecido al 20 de julio como símbolo de la independencia respondía a los intereses políticos de la élite que lo hizo», explica el historiador Marcos González, en referencia al grupo de políticos bogotanos y radicales que en 1873 decretaron ese día como la fiesta nacional.
¿Qué significa la Independencia hoy?
¿Qué pudo haber significado la independencia para un negro esclavizado, para un criollo empobrecido, para un indígena reducido a la servidumbre o para las mujeres que participaron de la revolución?.
Sebastián Vargas, experto en celebraciones históricas, añade: «Las conmemoraciones son rituales diseñados como pedagogías de lo nacional para reproducir ciertos símbolos; y todavía hoy el Estado, la Iglesia y el ejército, que como guardianes de la memoria tienden a ser más conservadores, siguen teniendo el monopolio sobre esa pedagogía».
Así que, ¿qué significa la conmemoración del 20 de julio para usted?