Aquel conocido por la defensa de los derechos de los menos favorecidos de Ocaña y el Catatumbo: Un imborrable hecho que sigue en impunidad.
«Usted no pudo con amenazas, no pudo con el soborno ni seguramente podrá por la vía judicial. Le queda una sola vía, la de las armas (…) aquí la pelea conmigo es diferente, soy defensor de derechos humanos”, dijo Jorge Solano antes de ser asesinado. Ser un líder social en un país en vías de desarrollo como Colombia siempre ha sido un desafío formidable y ha sido objeto de constante debate.
¿Quién era?
Coqui Solano fue un líder social y defensor de derechos humanos de Ocaña, Colombia, que se destacó por sus denuncias contra la corrupción y la violencia en Catatumbo. Fue asesinado el 3 de noviembre de 2020 por un sicario que le disparó frente a su casa. Su crimen causó indignación y conmoción en la población y en el país, y hasta el momento no se ha esclarecido quién fue el autor intelectual ni los móviles del homicidio.
Sus derechos a la información y a la libertad fueron violados en muchos casos:
- Amenazas del ELN
En una carta dirigida a Pablo Beltrán, miembro del Comando Central del ELN, Solano pidió que cesaran las amenazas contra él. Pero en 18 de mayo de 2020, Solano fue declarado objetivo militar.
- Secuestros
Solano también fue secuestrado en dos oportunidades, y aunque su vida siempre estuvo en riesgo, nunca calló ante las injusticias
También promovió el proceso de revocatoria en contra del actual alcalde de Ocaña Samir Casadiegos. “Algunas personas hablaron con la presidencia para que yo no viniera a hacer los denuncios de las cuestiones catastróficas que están sucediendo en Ocaña (…) Alcalde, si usted no cambia, nosotros lo cambiamos”.
‘Les dije que me iban a matar’
Coqui, presentía que su vida corría peligro pero, lamentablemente el día llegó más rápido de lo que esperaba. La voz de Solano fue silenciada en la puerta de su casa en el sector Miraflores de Ocaña, cerca de la 1:00 de la tarde del martes 3 de noviembre de 2020, un sicario, sin clemencia alguna, le propinó varios disparos que le causaron la muerte. El expresidente de la Organización de Víctimas de desaparición forzada (ASVIDA) y exdelegado de la Mesa de Víctimas de Ocaña dedicó más de 40 años de su vida al activismo anticorrupción y a la defensa de las víctimas del conflicto armado.
Los implicados
Una semana después del homicidio, las autoridades arrestaron a Jhon Freddy Espinosa Álvarez, conocido como ‘El Burro’, bajo sospecha de ser el perpetrador del asesinato. A pesar de ello, él rechazó cualquier implicación en el crimen, y su abogado presentó evidencia que lo eximía de la responsabilidad en el incidente.
El 11 de febrero de 2021, la Fiscalía detuvo a dos individuos adicionales, Carlos Daniel Pinzón Ramírez y Luis López Delgado, quienes fueron señalados de haber planificado el asesinato de Coquí Solano. Según la Fiscalía, se les habría pagado la suma de 40 millones de pesos para que buscaran al sicario y coordinaran la ejecución del crimen.
“Quien disparó fue Víctor Manosalva, un muchacho de mi misma edad (…) por medio de las declaraciones y de bastante material probatorio se logró identificar que era él”, indicó el hijo de ‘Coqui’
Entre sus denunciados se encontraba el exgerente del hospital Emiro Quintero Cañizares, Jairo Pinzón López, a quien acusaba de actos de corrupción y de estar detrás de su posible asesinato.
Nosotros siempre supimos y sabemos y «Estamos seguros de que este par de personajes fueron los que mandaron matar a mi papá. (…) Jairo Pinzón y Saúl Pinzón (…) Ellos dieron 40 millones de pesos para mandar matar a mi papá” Esteban Solano
A Carlos Pinzón se le otorga libertad por vencimiento de términos, pero el joven abogado Solano tutela la decisión y logra revocarla por orden del tribunal penal de Cúcuta, pero también consigue que se le emita una nueva orden de captura. No obstante, Carlos Pinzón continúa prófugo de la ley hasta el momento.
Su legado
En conmemoración a su primer año de fallecimiento y a su lucha por el pueblo, sus familiares construyeron un mural en su nombre, a cargo del artista Pedro Chinchilla Rodríguez. Se muestra a ‘Coqui’ sacando a los campesinos de esa zona de oscuridad representada a través de una tormenta eléctrica como sinónimo de defensa de los derechos humanos y al lado se encuentra una imagen de su rostro en el cielo representando su muerte. Además se encuentra una caricatura del artista Matador con la frase “Los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos”.
Esteban, su hijo, así lo recuerda: “Coqui era, como me lo describió un amigo en el parque, un niño con canas. Fue siempre el defensor del niño que no dejaban entrar al colegio, o (de) la niña que, estando embarazada, siempre le negaban el cupo. Él, apadrinando causas justas«. A pesar de su muerte, sus ideales no terminarán, sino que continuarán e iluminarán una nueva línea en el Catatumbo.
A día de hoy, el caso del líder asesinado #254 sigue impune y la contienda jurídica de sus hijos
por desentrañar la verdad sigue vigente. Podrán pasar miles de años, pero el dolor de su muerte no dejará de sacudir a cada uno de los ocañeros. Sus fuertes denuncias pasaron a otro plano, pero su “terquedad” y su lucha continuarán un legado del pueblo ocañero que nadie podrá olvidar jamás.
